lunes, 25 de julio de 2011

La Rutina REPETITIVA

El hombre es un animal de costumbres pero no hay que olvidar que la costumbre mata al hombre
La RutinaTodos nos quejamos de la rutin
a y buscamos la forma de evadirla porque nos da la sensación de no estar vivos.
En parte es verdad porque según la definición del diccionario, una rutina es una costumbre arraigada o un hábito adquirido por mera práctica que permite hacer las cosas sin razonarlas. Significa que una rutina es un automatismo que podemos hacer mientras estamos pensando en otra cosa.
Por lo tanto, la rutina de alguna manera nos impide ser conscientes del momento presente.
¿Pero qué pasa si intentamos cambiar la rutina? Resulta fatigoso porque tenemos que prestar atención a todo lo que estamos haciendo. En consecuencia algunos automatismos son necesarios para no volvernos locos.
La posibilidad de valernos de los automatismos hace que muchos extiendan esta actividad a todos los ámbitos de su existencia, porque es más cómodo, y eso si que es peligroso, porque quiere decir que como seres humanos ya hace rato que están muertos.
¿Por qué los seres humanos usamos esta forma de hacer las cosas? Seguramente por una cuestión de economía de tiempo, porque resulta más rápido que estar pensando en cada uno de nuestros movimientos y en cada una de nuestras palabras ante una situación.
¿Pero es realmente tan desagradable y aburrida la rutina como pensamos?
Si observamos cómo se conduce nuestro cuerpo en forma natural sin utilizar nuestra mente podremos comprobar que desde que nacemos puede realizar todas sus funciones de la misma manera y de la mejor forma, como una máquina.
Sólo modifica alguna de sus funciones cuando nuestra mente se aburre de la dieta saludable y entonces pagamos las consecuencias debido a trastornos funcionales.
Nuestro cuerpo es rutinario, es más, adora la rutina de los hábitos que le permiten funcionar bien.
Los niños aman la rutina, principalmente los más pequeños que aún no han creado condicionamientos mundanos. Sufren cuando no se respetan sus horarios y también cuando no están en su propia casa o con extraños.
Los adultos también sufren con los cambios que tanto desean. Cada vez que salen de vacaciones sufren desarreglos intestinales que la mayoría atribuye al agua, al aire, las comidas afuera o al sol, pero lo que sucede es que el cuerpo siente que se ha cambiado una rutina a la cual estaba acostumbrado para realizar sus funciones normalmente.
En mi experiencia con pacientes, he comprobado que lo que más extrañan las personas que quedan viudas, siendo ya mayores, son las rutinas. Ninguna de ellas se acuerda de los viajes que hicieron ni de todas las salidas y diversiones que compartieron; sino de la hora del desayuno, la del almuerzo o la cena en casa; y entrar a sus casas donde vivieron tantos años sabiendo que esa persona desaparecida no va a volver suele ser la experiencia más devastadora.
Esta reflexión sobre la rutina nos enseña que no es necesario pretender desterrarla totalmente de nuestras vidas, sino que como todo, requiere que seamos selectivos y utilicemos los automatismos para lo estrictamente necesario tratando de prestar atención, para no vivir todas nuestras experiencias funcionando con el piloto automático.
Cuando la rutina agobia, es la señal de la conciencia que indica, que hay que empezar a ser más creativo también con lo cotidiano

martes, 14 de junio de 2011

Evitar la rutina

EVITAR LA RUTINA: COSA DE DOS

A veces, con el paso del tiempo, la relación se convierte en rutina. Como consecuencia el desencanto, y en ocasiones el distanciamiento, se abren paso en la pareja. Para superarlo, es importante reconocer los primeros indicios, cuando aparecen y cómo hacerles frente.
Casi todas las parejas empiezan su relación con amor y grandes esperanzas. Pero el tiempo hace mella en ellas. El encanto de los primeros tiempos se diluye en la rutina del día a día. Piensan que esa persona que prometía ser su mejor amigo para toda la vida, un alma gemela, se ha convertido en alguien con el que se aburren y tienen pocas cosas en común. Se sienten decepcionados con su cónyuge y el matrimonio, y dudan de sus sentimientos.
Algunas de las preocupaciones más habituales de estos hombres y mujeres es pensar que ya no quieren a su pareja. Afirman que se aburren, sienten que han evolucionado mientras el otro se ha quedado atrapado en la monotonía. Su pareja ya no es interesante, excitante, ni sexualmente atractiva.
Cuando la rutina se hace presente
Los primeros indicios surgen cuando, después de haber acostado a los niños, sólo se quiere tener tiempo para sí mismo. Cuando les agrada que su pareja esté de viaje o fuera de la ciudad, cuando a su regreso no se emocionan como antes.
Para otros, existen pruebas de que se han desenamorado ya que se sienten solos y poco valorados. Se preguntan "¿No sería más agradable estar con alguien que no diera mi existencia por sentado, que me encontrara especial o que pensara que soy atractivo?
El peso de los sentimientos
También hay quienes se inquietan porque les atrae otra persona. Este sentimiento, independientemente de que se responda a él o no, en algunas personas suscita serias dudas acerca del amor que sienten por su pareja.
Para muchas, también es problemático cómo se sienten consigo mismas en la relación. Muchas personas afirman: "No me gusto. Me estoy convirtiendo en un refunfuñón. Sé que a menudo hablo con un tono muy desagradable. No me gusta ser así. Me siento vacío. No puedo de mostrar afecto. ¡No siento afecto!"
Momentos críticos
Las parejas pasan por ciclos y en algunos existen más posibilidades que la rutina se apodere de ellos. El inicio de la convivencia, a pesar de ser un periodo de entusiasmo, puede desembocar en monotonía. La pareja descubre los contrastes entre las expectativas y la realidad; este hecho puede llevar al desencuentro y al distanciamiento de la relación.
El nacimiento del primer hijo es otro momento al que se debe prestar especial atención. El ser padres conlleva una pequeña negociación dentro de la pareja donde queden claros las funciones parentales de las conyugales. Si este acuerdo, no se alcanza, sus efectos en la relación no se harán esperar.
Los cambios que implican en la vida familiar la escolarización de los hijos y su marcha del hogar familiar pueden desestabilizar la relación. La dedicación a la pareja debería cobrar mayor protagonismo en estas situaciones.
Adiós a la rutina
Muchos estudios sobre la monotonía de pareja, narran como pueden renacer relaciones moribundas y la facilidad con que las parejas invierten todo el desencanto y problemas que solía envolverles, dando un nuevo sentido a su relación de pareja.
Existen medios al alcance de todos, como la lectura de un buen libro especializado en el tema puede alertar a tiempo y descubrir la felicidad deseada. Se puede acudir a un terapeuta, siempre y cuando los miembros de la pareja, tengan ganas y crean firmemente en un profesional que puede ayudarles a salir del bache en el que se encuentran

martes, 31 de mayo de 2011

La Gran Rutina

Todos nos quejamos de la rutina y buscamos la forma de evadirla porque nos da la sensación de no estar vivos. En parte es verdad, una rutina es una costumbre arraigada o un hábito adquirido por mera práctica que permite hacer las cosas sin razonarlas. Significa que una rutina es un automatismo que podemos hacer mientras estamos pensando en otra cosa. 

Nos quejamos tanto de la rutina que cuando no la tenemos la echamos de menos, si es que cuando dicen que el ser humano es de costumbres por algo será.